sábado, 12 de enero de 2019

Protocolo a seguir para presentar los dos gatos

Que dos o más gatos convivan juntos en una casa puede ser muy beneficioso para ellos: interactúan, juegan, se hacen compañía, aprenden uno del otro, etc. Descubre algunos trucos para que la entrada a casa de un nuevo gato sea positiva para el que llegó primero y para el recién llegado.
Muchos de los que convivimos con un gato y decidimos ampliar la familia con la entrada de un segundo minino en casa “sufrimos” por cómo se van a llevar. Si bien sabemos que puede ser muy positivo para sus relaciones sociales y su día a día, queremos hacer que la incorporación del nuevo gato sea lo menos traumática posible para los dos. Y, ¿cómo lo hacemos?
En este blog os cuento un procedimiento bastante sencillo de seguir que requiere de cierta paciencia, pero que casi siempre suele ser muy exitoso.
Para hacerlo más entendible, llamaremos al gato que ya vive en casa Gato de la Casa, y al recién llegado Gato Nuevo.

Lo primero: el reconocimiento veterinario del Gato Nuevo

Antes de incorporar un gato nuevo en casa es necesario hacerle las pruebas médicas correspondientes, con tal de evitar enfermedades infecciosas a otros gatos.
Teóricamente el Gato de la Casa ya habrá pasado anteriormente por el veterinario, pero no está de más una revisión, si se considera necesario.
En caso de que alguno de los dos gatos tenga alguna enfermedad concreta, sobre todo si es contagiosa, habrá que hablar con el veterinario para que nos ayude a ver cómo proceder. Si todo está bien, pasaremos al siguiente paso.

La llegada del Gato Nuevo a casa: creando su territorio

Los gatos no son animales de manada que se muestran receptivos a nuevas llegadas de manera inmediata; al contrario de lo que sí suele ocurrir con los perros.
El gato es un animal territorial, por lo que el Gato de la Casa puede reaccionar de manera negativa si siente una invasión en su territorio. Y el Gato Nuevo puede sentirse perdido e inconfortable frente a un territorio que desconoce.
Para evitar situaciones incómodas, lo ideal es crear una habitación para el Gato Nuevo que cumpla con los requisitos sobre la división territorial de la casa adecuada para el gato: comida y bebida, bandeja de arena, camita, juguetes, etc.
Mientras el Gato Nuevo se familiariza con su nuevo entorno y va investigándolo, el Gato de la Casa permanecerá en el resto del hogar sin contacto alguno con el Gato Nuevo.
Seguramente el Gato de la Casa estará bastante tiempo cerca de la habitación del Gato Nuevo, escuchando la nueva presencia y olisqueando.
Esos momentos son muy buenos para ayudar con refuerzo positivo: jugando con el Gato de la Casa, dándole premios, etc. Así relacionará los olores y estímulos del Gato Nuevo con cosas que le gustan.

Reconocimiento olfativo de ambos gatos

El marcaje olfativo es uno de los elementos que más utilizan los gatos, por lo que los olores son importantes en el reconocimiento de un nuevo compañero.
Mientras los gatos permanecen en sus espacios y no tienen contacto visual ni físico entre ellos, podemos favorecer a este reconocimiento olfativo impregnando un calcetín u otra pieza del olor del gato.
Frotamos el calcetín suavemente contra la cara del Gato Nuevo y se lo damos al Gato de la Casa, y viceversa.
Una manera más artificial de hacerlo es mediante un producto llamado Feliway que difumina el olor de las feromonas faciales de los gatos. Los humanos no somos capaces de detectar este olor, pero los gatos sí y puede ayudarles en su nuevo encuentro.


Investigando el territorio del otro gato

Después de seguir los pasos anteriores, podemos dedicar varios momentos del día en meter al Gato de la Casa en la habitación que hemos preparado para el Gato Nuevo, sin la presencia de éste.
Y, mientras tanto, el Gato Nuevo puede estar recorriendo el resto de la casa para que vaya reconociendo los espacios que le harán de hogar.
Es importante que en estos momentos no agobiemos a los gatos ni los obliguemos a hacer nada, aunque veamos que están erizados y con la cola entre las patas.
Los gatos irán a su aire reconociendo el territorio y los nuevos estímulos que aparecen, e irán reaccionando de muchas maneras ante ellos.
Si bien siempre hablamos de dos gatos, cuando existen varios Gatos de la Casa, el procedimiento es similar. Solo que en este punto es mejor que entren de uno en uno a la habitación del Gato Nuevo. El motivo de ello es que los gatos tienen un tipo de agresividad llamada redirigida que, en caso de presentarla, puede hacer que ataquen a su amigo de toda la vida si está presente en la misma habitación que provoca dicha reacción.

El primer contacto visual entre los dos gatos

Después de haber seguido las pautas anteriores y observando cómo reaccionan, si vemos que tanto el Gato Nuevo como el Gato de la Casa cada vez están más cómodos con los olores del otro y se comportan con normalidad, podemos preparar su primer encuentro visual.
Para hacerlo se puede poner una ventana o algo transparente entre la habitación del Gato Nuevo y el resto de la casa. Si no tenemos esta posibilidad, podemos meter al Gato Nuevo dentro de un transportín que tenga visión del exterior y viceversa.
Al mínimo signo de agresividad sería bueno cortar ese encuentro visual, sin agobios: distrayendo al Gato de la Casa con un juguete, comida, etc.
Un bufido o un gato erizado no tiene porqué ser necesariamente un signo de agresividad, el problema viene cuando alguno de los dos gatos maúlla muy fuerte, grita, gruñe o quiere atacar.
Este procedimiento se puede hacer también metiendo al Gato de la Casa en su transportín y dejando al Gato Nuevo fuera, siempre que veamos que las reacciones no son muy negativas.
Lo óptimo es ir alternando sesiones breves de contacto visual que no acaben en peleas. Poco a poco iremos viendo cómo se comportan teniendo cara a cara al que será su nuevo compañero.


Viviendo siempre juntos

Cuando los contactos visuales son agradables y parece que hay cierta tolerancia entre ambos gatos (no estamos hablando de que sean íntimos amigos, solamente que se toleren), podremos empezar a dejarlos juntos en una misma habitación.
Lo ideal es que en estos encuentros físicos nosotros estemos presentes, hasta que realmente estemos seguros de que ninguno de los dos gatos hará daño al otro ni sufrirá mucho en su presencia.
Y a partir de allí, serán felices y comerán latitas de salmón juntos. Luego veremos si realmente establecen una amistad profunda o solamente se toleran, pero al menos se llevarán bien y podrán convivir con tranquilidad.


¿Cuánto tiempo hay que dedicar a seguir los pasos anteriores?

La personalidad de los gatos, su edad y otros muchos factores pueden influenciar en este nuevo encuentro. Por ejemplo, los gatos castrados suelen ser más tolerantes a nuevos compañeros. Y hay gatos que, pese a ya convivir con otro gato, lo rechazan cuando viene de la clínica o de la peluquería porque no reconocen sus olores.
Como no hay una norma escrita de cómo se comportarán en cada uno de los pasos anteriores, lo ideal es observar e ir sacando conclusiones de los distintos encuentros.
Nosotros mismos podremos ver si habrá que repetirlo durante días, semanas o meses. Hay que tener paciencia, y es mejor invertir el tiempo necesario para que el encuentro sea positivo que no rendirse antes y hacer que los gatos lo pasen mal durante mucho tiempo después.