Los gatos no son animales de manada que se muestran receptivos a nuevas llegadas de manera inmediata; al contrario de lo que sí suele ocurrir con los perros.
El gato es un animal territorial, por lo que el Gato de la Casa puede reaccionar de manera negativa si siente una invasión en su territorio. Y el Gato Nuevo puede sentirse perdido e inconfortable frente a un territorio que desconoce.
Para evitar situaciones incómodas, lo ideal es crear una habitación para el Gato Nuevo que cumpla con los requisitos sobre la división territorial de la casa adecuada para el gato: comida y bebida, bandeja de arena, camita, juguetes, etc.
Mientras el Gato Nuevo se familiariza con su nuevo entorno y va
investigándolo, el Gato de la Casa permanecerá en el resto del hogar sin
contacto alguno con el Gato Nuevo.
Seguramente el Gato de la Casa estará bastante tiempo cerca de la
habitación del Gato Nuevo, escuchando la nueva presencia y olisqueando.
Esos momentos son muy buenos para ayudar con refuerzo positivo: jugando con el Gato de la Casa, dándole premios, etc. Así relacionará los olores y estímulos del Gato Nuevo con cosas que le gustan.
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